miércoles, 27 de julio de 2011

La Necesaria Explicación

A falta de una dirección inmediata y un teclado al cual le anden bien todas las teclas, habremos de darnos una vuelta enseguida por los caminos que este blog transita, y de paso, hacerse un poco de autobombo y de autobiografía, casi necesaria para el indebido ojo lector que se ha atrevido a tomarse cinco minutos de su tiempo y leer un retazo de la blogósfera.

A falta de un espacio necesariamente manuscrito, para no dejar pasar el tema respecto a las cosas que se surcan por la cabeza, para no retomar otro blog, abandonado tiempo atrás por razones también necesarias, y generalmente por aburrimiento o desazón moral, se abre la sesión en el consiguiente blog.

El blog está diseñado, gracias a la mecánica misma de la red social y al egocentrismo del autor, para ser un tintero de ideas, una marea de imágenes sueltas que pueda servir (o no) hasta que el pobre pelotudo que escribe se compre una plancha de corcho, varios pines y una resma, y retome el casi olvidado hábito del manuscrito para tener una sentencia física de las ideas, y no una mera evanescencia.

No se engañe, querido lector. Como escritor que soy he llegado a un punto en el cual comprendo en que el que escribe no escribe para uno, ni tampoco para los otros; escribe porque quiere y para los que quiere al mismo tiempo. Es obvio que podemos abrir el debate respecto a la función del escritor como artista y como replanteador de custiones; nada de eso tiene fundamentos en esta sección. Este pequeño retazo de bytes que me es asignado, como buen egonauta que soy, entre los miles que somos, pienso dedicarlo al ejercicio del libre pensamiento crítico, o libre pensamiento abstracto, o quizás simplemente libre pensamiento, sin excusas. Después de todo, pienso adoptar el absurdo como telón de fondo de muchas cosas.

Para el que linkee y se linkee con otras cosas de este pobre autor, no verá la gran diferencia. El Feedback siempre es apreciado, pero no exigido. Comente si quiere y cómo quiera; el resto viene solo. Si se quiere volver a un café sobre un tema mencionado, no dude que el autor le estará agradecido.

Y una vez más, no toque el tintero, y por consejo propio, aléjese de la nicotina.

Un aplauso al lector, que es el verdadero protagonista, después de todo

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